Tres casquillos
Tres casquillos descansan a su lado; la escopeta atronó tres veces, seguidas, sin miedo ni duda. Tres vidas segadas con una facilidad espantosa, demoníaca. Tres son tantas. Tres son tan pocas. Una guerra acaba con más de tres, un ejército tiene más de tres, una familia… una familia ha sido eliminada de un suspiro, en un decir Razón. Pero qué razón puede entender que tres proyectiles atraviesen piel, carne, venas, ilusiones, proyectos y sueños. Tres casquillos para tres extinciones en masa de sentimientos y pasiones. Tres mortíferas estampidas y tres cuerpos caídos en el patio, ya estadísticas, números, datos. Tres tristes balas, tres, no más. Qué importan tres, qué. Nada. Y todo. Nada ellas, todo quienes ahora las albergan en su seno. Seno acribillado, partido, que acoge el fruto del anterior acogido.
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Andrés Garralda -